Jamás imaginé que yo podría ir a una de esas giras de las cuales tanto había escuchado; la gira del coro infantil de la república, a la cual van niños de diferentes estados. Este año la gira fue en la hermosa ciudad de Oaxaca en donde presentamos la cantata escénica de origen catalán, llamada Arión y el delfín. Este año me ha mostrado muchas cosas, una de ellas ha sido confirmar que mi vida es increíble por todas las bendiciones que Dios me da día con día. En tan solo unos pocos meses, he vivido en el mundo que más me gusta; el mundo de la música. Primero tuve la oportunidad de prepararme con ensayos intensivos y extremadamente cansados para cantar en el Palacio de Bellas Artes, y ahora recibí la invitación junto con dos amigas más para participar en la gira del coro. Por 7 días viví en la ciudad de Oaxaca en el hotel Fiesta Inn, en una habitación muy cómoda con mis dos amigas Adri y Clau que se han vuelto muy importantes en mi vida y también pude conocer a otra increíble amiga, ensayábamos 8 horas diarias las cuales nunca fueron una tortura sino una apasionada alegría. En estos 7 días tuvimos una rutina un poco sofocante, ya que no salíamos del hotel, lo único que hacíamos era levantarnos, desayunar, ensayar, comer, ensayar y finalmente dormir. En estos largos ensayos aprendimos 5 nuevas canciones de diferentes orígenes y también volvíamos a ensayar la obra de Arión. Dimos tres presentaciones en esta ciudad; la primera fue en una iglesia donde podíamos ver a gente parada, ya que no había más asientos libres. Esa misma noche dimos un paseo por Santo Domingo, el cual estaba un poco lleno, pero pudimos entrar a la hermosa catedral y caminar por esas calles que era imposible no ser atraído por su belleza. Después fuimos al centro y ahí improvisamos una pequeñísima presentación en una plataforma que ahí estaba, algunas personas se acercaban a escucharnos mientras cada uno de los integrantes del coro se inundaba de alegría. La segunda presentación fue en el hotel Camino Real, el cual me impactó por su antigua y bella construcción y finalmente cantamos en el teatro más importante de Oaxaca el cual también es de los más importantes del país; el teatro Macedonio Alcalá. Pude gozar cada una de las presentaciones que dimos y aunque terminábamos muy cansados no podía dejar de disfrutarlo. El domingo por la noche regresamos a la Ciudad de México para quedarnos en un hotel y seguir con presentaciones. El lunes por la mañana nos levantamos, desayunamos y nos fuimos al senado a cantar. Esta presentación fue muy diferente a todas las demás, no sólo porque cantamos otro repertorio sino porque cantamos a lado de niños sordo-mudos y otros niños ciegos. Yo nunca había estado en contacto con niños que presentaran estas discapacidades, por esta razón ese momento marcó mi vida, ya que fue triste ver a esos niñitos sin poder hablar ni escuchar y otros que no podían ver, pero lo que me encantó fue que a pesar de todo nada podía dejarlos de hacerlos sonreír, ellos disfrutan cada instante y definitivamente son como cada uno de nosotros, es increíble como disfrutan y valoran la vida. Finalmente la gira terminó en la tarde cuando fuimos a cantar a un internado, ahí quedó lo último de la 16° gira nacional del coro infantil de la republica y de Arión y el delfín.
Definitivamente cada día aprendemos cosas nuevas como lo hice con esta experiencia. Conocí a personas muy lindas a las cuales voy a extrañar y espero volver a ver algún día, aprendí a agradecer todo lo que tengo y a gozar cada instante de mi vida, pero principalmente confirmé que quiero vivir en el mundo de la música. Estoy segura que esta experiencia no fue por casualidad y que vendrán aún más sorpresas, porque la vida está llena de sorpresas, las cuales llegan cuando menos las esperas. ¡Mi 2011 no pudo haber terminado de mejor manera!
Por Ayari Sandoval, alumna de Área IV TAE.
Definitivamente cada día aprendemos cosas nuevas como lo hice con esta experiencia. Conocí a personas muy lindas a las cuales voy a extrañar y espero volver a ver algún día, aprendí a agradecer todo lo que tengo y a gozar cada instante de mi vida, pero principalmente confirmé que quiero vivir en el mundo de la música. Estoy segura que esta experiencia no fue por casualidad y que vendrán aún más sorpresas, porque la vida está llena de sorpresas, las cuales llegan cuando menos las esperas. ¡Mi 2011 no pudo haber terminado de mejor manera!
Por Ayari Sandoval, alumna de Área IV TAE.